COVID-19 persistente o long COVID

04/04/2022

He pasado la COVID y los síntomas no cesan

En esta entrada se va a hablar de la COVID persistente o long COVID, que es cuando los síntomas de la COVID-19 no cesan tras haber pasado la enfermedad. Hay que tener en cuenta que esta nueva infección vírica es nueva y que todavía no se conocen qué secuelas pueden dejar en los enfermos, ni qué duración pueden tener las mismas.

Definición COVID persistente

La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió a finales de 2021 como afección posterior a la COVID-19 o «COVID-19 de larga duración», cuando la población experimenta diversos efectos a medio y largo plazo después de recuperarse de la enfermedad inicial, normalmente en los tres meses siguientes al inicio de la COVID-19, con síntomas y efectos que duran al menos dos meses. La evidencia actual parece indicar que aproximadamente entre el 10% y el 20% de la población puede padecer esta afección.

Aunque la mayoría de las personas que contraen la COVID-19 se recuperan totalmente, algunas sufren una serie de efectos a medio y largo plazo, como fatiga, disnea y disfunción cognitiva, como por ejemplo, confusión, pérdida de memoria o falta de concentración y claridad mental. Algunas personas también experimentan consecuencias psicológicas en el contexto de la afección posterior a la COVID-19. La afección posterior a la COVID-19 puede menoscabar la capacidad de una persona de realizar actividades cotidianas, como el trabajo o las tareas domésticas.

Estos síntomas pueden persistir desde la enfermedad inicial o presentarse después de la recuperación. Pueden aparecer y desaparecer, o reaparecer con el tiempo. 

Acerca de COVID persistente o long COVID

Es difícil predecir cuánto tiempo durará la afección posterior a la COVID-19 de un paciente determinado. Queda mucho por aprender sobre esta afección, pero algunas investigaciones en curso muestran que los pacientes pueden presentar síntomas persistentes durante semanas o meses después de la COVID-19. Las investigaciones también muestran que los pacientes pueden mejorar con el tiempo.

La mejor manera de protegerse de una afección posterior a la COVID-19 es hacer todo lo posible por evitar infectarse por el virus de la COVID-19. Esto incluye vacunarse y seguir las numerosas medidas sociales y de salud pública que pueden reducir las posibilidades de infectarse por el virus de la COVID-19 y propagarlo.

La capacidad de una vacuna para prevenir la afección posterior a la COVID-19 depende, en primer lugar, de su capacidad para prevenir la COVID-19. La finalidad de las vacunas que utilizamos hoy en día es prevenir la enfermedad grave y la muerte causadas por una infección por el SARS-CoV-2. Sin embargo, algunas personas pueden seguir infectándose por el virus de la COVID-19 incluso después de haberse vacunado. 

La afección posterior a la COVID-19 no es transmisible a otras personas; se trata de una afección prolongada que se desarrolla después de una infección por el virus que causa la COVID-19. 

Aunque muchos sanitarios se han contagiado de COVID-19 y padecen COVID persistente, no se considera a día de hoy como una enfermedad profesional. En EEUU sí que se considera una discapacidad según la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidades (ADA). 

Síntomas más comunes de COVID persistente

Los síntomas que se desarrollan cuando se padece de COVID persistente dependen en gran medida del sistema corporal que se haya visto más afectado por el SARS-CoV-2: sistema cardiovascular, neurológico, pulmonar, gastrointestinal o musculoesquelético. Tras un estudio se realizaron dos grandes bloques de síntomas; el bloque de síntomas que englobaban cansancio, que cursaba con fatiga y con síntomas más inespecíficos como dolores musculares, falta de aire o dificultad para conciliar el sueño, y el bloque de los síntomas respiratorios como dolor de pecho o dificultad respiratoria.

Dímero-D

En pacientes que han tenido síntomas graves de COVID-19 suele verse alterada la capacidad de coagulación normal. Ya se habló de la relación entre el dímero D y la COVID en esta entrada anterior.

Si sus resultados muestran niveles de dímero D más altos de lo normal, significa que tal vez tenga un trastorno de la coagulación de la sangre, pero no señala dónde está el coágulo ni qué tipo de trastorno de la coagulación tiene.

Para más información, no dudes en contactarnos, pero si se sospechas de padecer COVID persistente, acude a tu médico de cabecera. Si necesitas ayuda existen también grupos profesionales de COVID persistente (1, 2, 3) que prestan ayuda a los pacientes afectados de esta enfermedad todavía desconocida. El Ministerio de Sanidad también ofrece información actualizada aquí.

La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia ha desarrollado una guía que puedes consultar aquí.

Referencias

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